jueves, 20 de diciembre de 2007

Feliz Navidad y continuará...en 2008

Se acercan las fiestas navideñas, entrañables tanto como cada cual quiera y piense.
Así que daremos fiesta al blog, de momento, pero no quiero terminar sin dejar constancia de que no sólo existe ésto en la Red. Es decir, como blog oficial no hay otro, pero no es la única información.
Al que desee y le interese, le adjunto aquí algo de información que ya había colgada antes del parto del blog, unigénito en algunos aspectos, todo hay que decirlo:

http://antoncastro.blogia.com/2005/112903-una-lectura-de-suenos-de-borrachos-de-felix-teira.php

http://www.educa.aragob.es/alectura/calenda.htm (en la parte del tercer trimestre, si se pulsa sobre la foto del autor, se lee a la derecha su biografía)

http://www.biblioteca-andorra.com/pdfs/nb56.pdf

http://josemarco.blogia.com/temas/literatura.php

http://josemarco.blogia.com/2007/033001-siempre-quedara-la-lectura-ii-.php

http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=9318 (cita al final, en la década de los noventa)

http://www.anayainfantilyjuvenil.com/cgigeneral/ficha_autor.pl?id_autor=127510&id_sello_
editorial_web=15&id_funcion=44


http://encina.pntic.mec.es/~ilop0016/excita.htm


http://zaragozame.com/2007/12/03/agapes-informales-despues-del-encuentro-cultural-de-belchite/

http://www.solunet.es/~blesa/noticias/not0031.htm (Gaceta de Blesa, pueblo en el que vivió Teira y con el que formó el nombre de su personaje Blesaploú)

http://www.redaragon.com/cronicas/belchite/noticia.asp?pkid=357295 (Sobre la labor como historiador de Belchite, sobre la Guerra Civil)

http://www.highbeam.com/doc/1G1-65367899.html

http://efectomariposa.blogia.com/

http://www.libros.ciberanika.com/letras/t/p02225.htm

La crítica: ¿siempre generosa?

Lo que se ha dicho y escrito de la literatura de este hombre, puesto que aún falta algo que se filme (todo llegará, quién sabe) suele tener, por lo general, tintes positivos.
Llama la atención que un tipo, en principio, poco conocido fuera de Aragón, trabe amistad con un editor judío argentino y doctor en Físicas, el honrable Mario Muchnik, y sea éste quien le publica con gran éxito, hasta que ese lamentable mafioseo que abunda y pervierte el mundo de las editoriales le destrozase todo lo hecho y trabajado.
El caso es que, una vez hizóse el literato su hueco en el mundillo de los escritores, por lógica se fueron sucediendo las críticas.
Como no cabrían en un blog todas las cosas que se han dicho, las resumo novela a novela:

·Brisa de asfalto

  • Hubo que esperar a que surgiera una voz propia y original, que se revelase como uno de los más importantes escritores españoles de las últimas décadas (Nelson Marra para El Mundo, noviembre 1991)
  • La novela se desarrolla sin maniqueísmos ni simplificaciones de ningún tipo, con un enfoque comprensivo de las aspiraciones familiares e individuales, enriquecido por la bella factura de su prosa (Ángel Basanta para ABC, enero 1992)
  • La novela rezuma vida y realidad, pero sin perder jamás el alma literaria propia de cualquier novela (Ramón Acín para Heraldo de Aragón, noviembre 1991)
·Gusanos de seda
  • Es una novela de lenguaje directo, que muestra premeditadamente la mediocridad cultural del medio social (Juan M.González para El Periódico de Aragón, noviembre 1993)
·La violencia de las violetas
  • Constituye un claro ejemplo de cómo la narrativa debe aunar placer lector y conciencia vital de realidad sin perder un ápice en su capacidad literaria (Ramón Acín para Heraldo de Aragón, 1995)
·Saxo y rosas
  • Una excelente novela, aunque no sepamos quién se esconde detrás del seudónimo María Arregui (CLIJ, junio 1995)
·¿Y a ti aún te cuentan cuentos?
  • Hay una ternura, una forma punzante y delicada con la que el escritor transforma un panorama desolador en vibrante literatura (Nelson Marra para Comunidad Escolar, enero 1997)
·Una luz en el atardecer
  • El autor se muestra como un gran dominador de la técnica narrativa y como creador de historias dotadas de enjundia (Ramón Acín para Heraldo de Aragón, mayo 1999)
· La ciudad libre
  • El pasado mañana que describe Teira, en una ciudad en la que resurge un movimiento fascista y xenófobo, es inquietante. Teira tiene labor de profeta (Isabel Obiols para El País, mayo 2000)
·Sueños de borrachos
  • El estilo es espléndido. De varios registros. Poético, funcional, fluido, preciso como una cuchillada, con buenos diálogos (Ramón Acín, noviembre 2005)
  • A pesar de la clara denuncia de los mecanismos y modos sociales, no estamos ante un panfletista, sino ante un magnífico narrador, un creador (Luis de la Peña para El País)
·La Ciega.com
  • (La vacuidad de información sobre esta novela no debiera inquietar a nadie, es que aún no se ha publicado, esperaremos pues, al año que viene)

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Algo repetido, ¿tal vez?

Le dijo una vez un amigo psiquiatra a Félix que si lo que tenía era una obsesión malsana por la evasión, que si algún día tal vez agarraría una maleta con lo justo y se marcharía lejos. Félix jamás supo que responder ni mucho menos como interpretar el psicoanálisis, hasta que descubrió que una variante que siempre se repetía en sus novelas: los trenes o las alusiones a una estación de tren. Así, autoinvestigándose, dio con que siempre había cosas que repetía en sus libros. Helas aquí:

·La pintura contemporánea, a la que resulta un gran aficionado este hombre literato, aparecerá en tres de sus novelas. En Brisa de asfalto, nombra varias veces un bello cuadro de Ortega Muñoz (para una biografía detallada, consúltese la siguiente página web: http://www.enriquecastanos.com/ortegamunoz.htm).
La verdad es que son esos paisajes castellanos y tristes de Ortega Muñoz los que tienen gran significado para el escritor.Véase si no, este par de ejemplos:










En Gusanos de seda, será un publicista, uno de los protagonistas, el que nombre también varios cuadros.

Aparece un psicólogo que colecciona pintura, entre otros, del nieto de Freud, en La ciudad libre.
Será pues, aunque me salte el orden cronológico, en Una luz en el atardecer, donde se produce un fascinante recorrido por la pintura en general, mencionaré, por ejemplo, que el medio de evasión que propone Alberto es "largarse a Madrid, a ver el Thyssen, [...]a Giovanna Tornabuoni". Teira habla de Matisse, Antonio López, Bacon, Picasso y un largo etcétera.

·La botánica, afición con la que piensa retirarse el también hombre de campo Teira, aparece en La ciudad libre, con una clara alusión a la Ontina, en boca siempre de nacionalistas radicales (sic).
Y también igualmente, en Sueños de borrachos, donde en uno de los capítulos, se da muestra de un aficionado a la botánica, un tipo realmente curioso, con otra afición también, el conversar con muertos, que colecciona cinamomos, el árbol de los jardines.
(http://fichas.infojardin.com/arboles/melia-azedarach-cinamomo-melia-agriaz-agrion.htm).
Dice Félix Teira haberse inspirado en, por ejemplo, el Bosque del Canódromo, donde abunda dicha especie de árbol.

·La publicidad, aunque con protagonismo únicamente aparecerá en Gusanos de seda, tiene también importancia para Félix Teira.

·La psicología, como profundización en la mente, en los insondables abismos de ésta, tiene un exponente claro en el tipo que analiza microgestos en La ciudad libre.

·La deficiencia mental o física, otro interés del autor y mío particularmente también, cobra protagonismo en varios de sus libros, aunque con especial importancia en el argumento destacaré:
Brisa de asfalto, en el capítulo "La basura" aparece un tipo con obesidad mórbida, podríamos decir. Una obesidad que le hace parecer casi un monstruo, apenas puede moverse y la gente, como no, arremete contra él.
También encontraremos un grupo de sordomudos (otro tipo de deficiencia) en ¿Y a tí aún te cuentan cuentos?. Y como dato curioso, Teira se declara conocedor (aunque poco) del lenguaje de sordos, debido a que unos amigos tuvieron un hijo con esa minusvalía.
Así como en La ciudad libre, en el que el personaje principal, el Tigras, tiene un hermano con síndrome de Down, al que quiere con locura y con el que vive en el antiguo taller mecánico del padre.
El Tigras se opone al internamiento de su hermano en un centro especial, en una "[...] perrera de aspecto guapo, pero con rejas[...]".
La actitud del Tigras es, además, algo curioso, porque tratándose de un tipo que delinque en su tiempo libre y que subsiste también como gigoló de ancianas, descubrimos que lo único que realmente quiere en el mundo es, efectivamente, a su hermano subnormal.

·Los trenes, como medio de evasión, o todo lo relacionado con ellos, como estaciones, o vías, están siempre presentes. La verdad es que el ínclito Teira almacena notabilísimos recuerdos sobre ese medio de transporte, derivados de su infancia y juventud en Belchite, por donde veían pasar los trenes que abastecían de carbón a los pequeños territorios cercanos. Un ejemplo es el ferrocarril de Utrillas, que encontraremos en varias ocasiones.
También tendrá un rol relevante en ¿Y a ti aún te cuentan cuentos?, como encrucijada, como medio de escape en un momento determinado.

La realidad provoca la ficción (a veces)

Aparte de un escritor y licenciado, Teira es humano, es una persona de carne y hueso, con unas vivencias y experiencias definidas. La realidad, sólo a veces, se introduce en su ficción, provocándole la creación de personajes existentes, aunque ciertamente postergados en el subconsciente.
Pero es que, además, como buen escritor, hace que cada uno de los personajes, se manifieste y sea descrito absolutamente a tono con su condición.
Los dos ejemplos más claros son:
La violencia de las violetas, la historia real de algunos reporteros en Sarajevo, que Félix leyó en su momento, poco antes de intentar partir hasta el sitio en guerra; ya digo, las experiencias de reporteros conocidos como Gervasio Sánchez, corresponsal del Heraldo de Aragón y El País (que tiene actualmente una espectacular exposición sobre las guerras en la DGA, ya que además de periodista, es fotógrafo de sus propios reportajes) o también del corresponsal de El Mundo, Lobo; amén de la propia rabia interior de Teira, provocada por la estulticia y el genocidio en el que desembocan siempre las guerras, más incluso las civiles, por poner algún ejemplo; le sirve a nuestro escritor para describir a un vecino del sitio, un francotirador, que muestra "[...]como en las guerras, siempre injustas, sale el animal que llevamos dentro[...]".
También escribe con las imágenes de la guerra africana entre Hutus y Tutsis en la mente y en el corazón, plena de barbaridades y crueldades que parecen mas propias de animales que de humanos.
Igualmente, se basaría en Territorio Comanche para el asilo abandonado, donde viven los viejos (metáfora acerca de que los débiles pierden siempre).
¿Y a tí aún te cuentan cuentos?, con la aparición de un extraño y singular personaje, un tipo chulo y aciago individuo él, excluido de un grupo de amigos, precisamente por esa altanería. El caso real era justamente al contrario: un joven, medio hombre ya, de madre prostituta y marginado por un grupo de chulos. Lo que quiso Teira es darle una pequeña vuelta de tuerca. Hasta los marginados por la sociedad (terrible situación la suya) se merecen una mención.
Contaba Félix Teira también, acerca del personaje de este libro, Blesaploú, que formó su nombre por el cariño que tenía a dos pueblecitos turolenses muy pequeños, a Blesa y a Ploú. Y además, que por estos dos pueblos pasaba el ferrocarril de Utrillas, que se nombra también en el libro.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Visión general de Zaragoza en sus libros

El lugar que ocupa Zaragoza en la mente y el corazón del escritor belchitano no tiene que ver con su origen, que está en el propio Belchite, pero sí con su juventud y sus estudios.
Lo que constituye la ciudad es un espacio "mitificado, un lugar donde convergen y divergen las diferentes culturas, traídas por la emigración de los pueblos cercanos [...]un híbrido de culturas, que tiene su máxima afluencia en el Casco Viejo, el de Zaragoza, la Zaragoza de mis novelas[...]" (Extracto de la conversación del día 29 con el autor).
Hay un tributo cuasi permanente en todas las novelas, si exceptuamos "Saxo y rosas", que está absolutamente desubicada de tiempo y espacio.
Procedamos a analizar con precisión dicho tributo:

Brisa de asfalto (1990, edición de 1991)
En esta obra aparece nuestra ciudad tímidamente, aunque Teira deja claro su mayor interés por la peripecia interior que por el paisaje urbano.
La primera obra del autor, compuesta de ocho relatos cortos, resulta de un escalofriante, si verídico retrato de la sociedad, con cuestiones clave como la marginación, la vejez, amores y desamores..., desarrollado en un edificio de los años setenta, un macrohospital, estilo quizá al Casa Grande o al Miguel Servet.
El edificio Montorio, construido por Acín Josa (¿tributo a Ramón Acín?), prototipo de ese gremio de albañil-constructor, que, según Teira, tanto proliferó en la triste España del desarrollo, alberga a familias de un vivir cuasi desangelado, podríamos decir. Un edificio que alberga vulgaridad, pobreza, tragedia, marginación y sí, quizás, algo de amor.
¿o será tal vez, como dice la escritora Patricia Bazaldua, que resulta incomodo vivir en un conjunto de edificios, sobre todo por la cercanía con los vecinos, con esas miradas extrañas que nos dirigimos unos a otros intentando interactuar y, sin embargo, ni siquiera nos saludamos?

En fin, seguimos con Zaragoza, sobre la que nombrará Teira la Avenida Goya, la calle Compromiso de Caspe o la Plaza de Roma tienen cierto protagonismo.
Según afirmaba Félix Teira en una charla en el I.E.S. Pablo Serrano, allá por los procelosos 90 (1996, para más señas), [...]esta obra retrata, la cara "b" de la sociedad[...], y no se equivocaba al afirmarlo, no. En esa estremecedora y cautivadora sucesión de relatos, cada uno de un apartamento de la misma casa, como si de, con permiso de Ibáñez, un cómic de 13 rue del Percebe tratárase.
La aparente incongruencia de los relatos se monta cual mecano en una perfecta novela. Buen comienzo para una carrera literaria.

Gusanos de seda (1993)
Únicamente reseñar aquí que son citadas varias avenidas, como el Camino de las Torres, la plaza de España, la plaza de Aragón, calle Capitán Casado, Madre Sacramento, Alfonso, Miguel Servet y Manifestación.
Se nombra en numerosas ocasiones una valla que rodea al Ebro y la zona comercial de Méndez Núñez.
Es, una vez más, Zaragoza un punto de encuentro, de acciones y de actos, como si estuviésemos hablando del event horizon u horizonte de acontecimientos, donde todo ocurre y puede cambiar.

La violencia de las violetas (1995)
La infinita curiosidad viajera de Teira le llevó hasta el conflicto en la antigua Yugoslavia, y sumergiéndose en esa cruenta guerra, desarrolló la historia de una maestra del casco viejo de la ciudad de Sarajevo, pero con la visión puesta en el Casco de Zaragoza.
La obra retrata la guerra de siempre: la vesania desatada de la masa homicida. Porque, ¿cómo se puede hablar de degollar niños con siglos de civilización a cuestas?



Saxo y rosas (1995)
Carente de cualquier mención a Zaragoza, es la única novela del autor absolutamente desubicada de espacio y tiempo, y que encierra, además, la anécdota de aparecer firmada como María Arregui.
Tuve la oportunidad de preguntarle a Félix, hace ya sus cuatro o cinco años, acerca de ésto y debo decir que la respuesta fue, cuando menos, divertida.
Félix tenía y tiene una hija, adolescente por la época del libro, a la que, al parecer le provocaba cierto recelo que su padre escribiese una novela de temática adolescente y además, narrada por una chica. Así que una tal María Arregui fue la falsa identidad elegida por Teira, parapetándose tras ella y evitándole a su hija más de un posible disgusto.
Es la novela más vendida de Teira, actualmente reeditada. Pero para él, no sólo no es la mejor, sino que ni siquiera resulta especialmente de su agrado. (Félix dixit)

¿Y a ti aún te cuentan cuentos? (1996)
Hay un clarísimo homenaje a nuestra ciudad, que, según Teira, se sigue con el mapa. Se nombra y se hace especial hincapié en la pasarela de la avenida Valencia (hoy ya extinta), como una encrucijada, al igual que la autovía, el casco urbano y la estación, todo en la misma zona.
Más tarde retomaré un tema importante, como es de las encrucijadas y las escapadas, pero será en otro apartado.
Vuelve Félix a nombrar el Casco Viejo, por enésima vez en su literatura.

Una luz en el atardecer (1999)

En las novelas juveniles, como ésta, los paisajes zaragozanos adquieren una concreción inexistente en las de adultos, motivada siempre por la intención de describir un paisaje urbano sencillamente peculiar.
Lo que aquí se nombra es la zona modernista de Sagasta, con las mansiones de la nueva burguesía, el Teatro Principal, Plaza San Miguel, así como el Jardín de Invierno (como zona de meditación y de citas amorosas).

La ciudad libre (1999)
Transcribo la conversación con Teira, referida únicamente a este libro: "[...] es en esta novela donde, sin mencionarla, el callejero y los flashes urbanos se hacen más explícitos: la acción se desarrolla en el barrio de Quimicox (Zaragoza tuvo su barrio de La Química), el Huerva alcanza protagonismo (es la sutura que separa el progreso de la pobreza, la arteria negra que sirve de refugio al personaje del Tigras), la recreación en una torre mudéjar abandonada (la de San Miguel) y la transformación de la iglesia barroca de San Carlos en un taller industrial [...] otro personaje, como el de Oliveira, el psicólogo, que vive entre Damas y Sagasta [...] será también en la huida de Carmen e Híjar, donde salen a relucir calles como Predicadores o Las Armas. Si bien ligeramente deformadas, las calles también puede seguirse con un mapa. No debemos olvidar tampoco el edificio central, denominado IBERCAI, e inspirado en la Ibercaja de la Plaza Aragón, con sus ventanas verdes, descritas en el libro." A propósito, incluyo aquí un enlace a un texto en francés sobre el libro (www.sens-public.org/IMG/odt/SensPublic_FTeiraCubel_Elveneno.odt)

Sueños de borrachos (2005)

Teira plasma una ciudad maloliente y culpa de ellos a las dichosas papeleras, archiconocidas por los zaragozanos, aunque las camufla de industrias. Es sabida la afición de Teira por la botánica y nombrará, al menos dos veces, los tilos del Paseo de la Independencia (de los que me decía, recientemente: "¡Caramba, son bonitos, pero yo los regaría de otra manera!"). También nombrará el, tristemente célebre para los habitantes de Zaragoza, velatorio de Torrero.


¿Qué es Félix Teira?

Un ser humano. Sin más, amigo de todos y enemigo de nadie, ha sabido buscar y hallar, por ende, su hueco en el difícil y boscoso paraje que constituye el mundo literario.
Con no pocos problemas para publicar (ya se sabe, la historia da buena cuenta de que las editoriales, algunas al menos, se manejan como quieren y quitan y ponen como si se tratara de un álbum de cromos, en lugar de libros), su bibliografía se extiende a un total de ocho libros publicados y cierto volumen experimental que, según cuenta el propio Teira, se quedó ante la incomprensión que suscitaría.
Nuestra sociedad aún está inmadura para leer ciertas cosas y en el mejor de los casos, el censor debe de ser el propio autor, antes de publicar algo, y no alguien ajeno.
A veces, y siempre erróneamente, se habla de Teira como de un autor juvenil, nada más lejos de la realidad.
La creencia viene únicamente sostenida porque sus libros más vendidos y conocidos, si bien no los preferidos del autor ni del que suscribe, son los tres que tiene de ese ámbito (tres de ocho no son mayoría): "Una luz en el atardecer", "¿Y a tí aún te cuentan cuentos?" y "Saxo y rosas".
¿Es Teira un nuevo creador? ¿O un creador de lo nuevo?
En cualquier caso, los libros son el fiel reflejo de la actitud y voluntad de este hombre. Una actitud de crítica social infinita (al más puro estilo de lo que Dylan es a la música o Costa-Gavras al cine), de un realismo también infinito y que no se deja llevar por la lástima o por el intento de entender lo que no se puede ni debe entender.
Teira ha viajado, ha conocido (llegó a estar incluso en un proyecto de viaje a Sarajevo, al final fracasado, junto a otros como Vázquez Montalbán) y ha dilucidado acerca de lo visto.
Hablar con él es hablar siempre de los que están más abajo en la pirámide social, es el rechazo aplastante a las injusticias, las guerras...
Hay autores y autores, pero hasta la fecha, y aparte de otras múltiples cualidades, debiera enorgullecerse de que bien pocos han plasmado el horror de lo que pasó en la ex-Yugoslavia como él.
Si yo fuera Teira, me regodearía de que, en este mundo cruel, si por poco que hagas, lo haces bien, ya eres más humano que los que matan a diario, los que roban a diario, los que insultan a diario, los que golpean a diario...
O al menos, me regodearía de escribir como este señor escribe. Félix Teira es simplemente él.

viernes, 23 de noviembre de 2007

¿Quién es Félix Teira?

La idea de la que parto al realizar el blog es la de aproximarnos al mundo literario de Teira y, en lugar de crear un blog típico, con su biografía, libro primero, segundo, tercero..., premios y demás, la historia será presentar obra por obra mediante puntos clave como la visión de Zaragoza o sus personajes.
Creo que es más innovador que la otra forma de verlo.
Ya se sabe que el panorama literario, de insondable resulta a veces incluso pesado para investigar. Hay muchísima gente intentando abrirse paso (por ejemplo, un servidor, que tiene entre manos dos borradores: uno sobre el cine de terror de los años setenta y otro sobre novela negra italiana, especialmente sobre Giorgio Scerbanenco y el giallo), así que convendría que estos grandes maestros, como nuestro insigne Teira, fuesen más explorados/explotados, aunque sea desde órganos tan simples como un blog.
FÉLIX TEIRA
Félix Teira Cubel nació en Belchite (Zaragoza) en 1954, realizó estudios de Magisterio y se licenció igualmente en Historia, por la Facultad de Filosofía y Letras, tras abandonar la idea inicial de la Medicina. Actualmente, es profesor de Garantía Social en el I.E.S. Pablo Serrano, en Zaragoza.
Imparte igualmente charlas dentro del programa de Invitación a la Lectura, del Gobierno de Aragón. Ha publicado con editores de la talla de Mario Muchnik, por ejemplo y obtenido, entre otros, el Premio Altea de Literatura Infantil.
Es autor de varios libros, entre las que destacan Brisa de asfalto (1991), Gusanos de seda (1993) y La violencia de las violetas (1995), donde efectúa un ácido retrato de la tragedia de la guerra en los Balcanes.
Esa misma desgracia aparece en La ciudad libre (2000).
Teira ha cultivado, también con notable éxito, el género de la literatura juvenil con títulos tan destacados como ¿Y a ti aún te cuentan cuentos? (1996), Una luz en el atardecer (1999) y Saxo y rosas (2001).
Y por recientes informaciones (esto debiera de ser una exclusiva lanzada por mí, como amigo y pseudo-confidente), se sabe que su próxima novela, para adultos también, aparecerá posiblemente el año que viene.
¿Un título?. "La ciega.com". Muy pronto.